jueves, 22 de enero de 2015

Misterios masculinos y misterios femeninos

La identidad sexual no es una construcción social, está genéticamente determinada. Y no es algo separado de la llamada "identidad género". Las diferencias de sexo aparecen ya en el embrión, y las hormonas se encargan de construir cuerpos y cerebros sexuados. Esta identidad es tan estable que rara vez varía tras la pubertad, y es difícil de alterar mediante condicionamiento social. Como adultos, hombres y mujeres de todas las culturas difieren previsiblemente en muchos rasgos físicos, motivacionales y cognitivos.

Tal vez existen diferencias naturales en los "misterios" favoritos de hombres y mujeres que no son reducibles a los procesos de socialización. Mi conjetura es que, a grandes rasgos, los "misterios materialistas" atraen a más hombres y que los "misterios espiritualistas" atraen a más mujeres. Quizás los misterios masculinos comportan más aspectos "sistematizadores" mientras que los misterios femeninos comportan más aspectos "empáticos", por emplear la distinción del neuropsicólogo Simon Baron-Cohen.

La ufología como "misterio masculino"

Según un estudio sociológico sobre la ufología en España (PDF) a cargo de Ignacio Cabria "la ufología como actividad de estudio es eminentemente masculina":

Ya sabíamos antes de iniciar las encuestas que, a diferencia del ámbito del contactismo extraterrestre, la ufología como actividad de estudio es eminentemente masculina. En E-I participaron 3 mujeres de un total de 94, y en E-II, 2 mujeres de una muestra de 44, lo que por otra parte es un reflejo bastante aproximado de la implicación de las mujeres en la ufología. He dejado clara la frase “a diferencia del contactismo” ya que, a pesar de que las encuestas se han dirigido de una manera general a los que tienen cualquier actividad sobre los ovnis, los contactados no se consideran ufólogos ni quieren tener ninguna vinculación con ese mundo, que es crítico con su acercamiento religioso a la creencia en extraterrestres, y muy pocos contactados o personas con esta orientación han participado en las encuestas. No es posible extraer de ellas las razones de la escasa implicación de las mujeres en labores de estudio, información y burocráticas sobre los ovnis, a diferencia del contactismo, que sí atrae en gran proporción a las mujeres.

Es muy posible que las diferencias naturales en estilos cognitivos, en la forma descrita por Simon Baron-Cohen, expliquen esta "brecha de género" entre la ufología de corte analítico y el contactismo de corte religioso. Esto es consistente con la historia de las religiones, donde encontramos más místicas que teólogas.

En todo caso los resultados de Cabria coinciden con la simple experiencia y observación. En España todos los "ufólogos" son sistemáticamente hombres, los aficionados acostumbran a serlo, y esta sobrerrepresentación masculina se mantiene en el ámbito internacional.

El "sexismo ufológico"

Las políticas llamadas igualitarias, que buscan alcanzar la "paridad" en la representación de sexos en determinados ámbitos profesionales, y especialmente en la ciencia y la tecnología, también han alcanzado la ufología y el "periodismo de misterios".

La mayoría de los "periodistas del misterio" siguen siendo actualmente hombres, lo cual despierta ciertas señales de alarma ideológica. Se habla incluso de "misoginia paranormal". Es decir, en lugar de explicar las diferencias entre sexos como el resultado de inclinaciones naturales, según esta tendencia, la explicación radica en la discriminación.

En paralelo a eventos similares ("Women in secularism", "Women in science", etc) típicos del ámbito anglosajón, en 2012 se celebró el simposio "Women in ufology", con el que se pretendía acortar la brecha de género en ufología. Los resultados son visibles en los siguientes congresos organizados por StarworksUSA, cuya misión es "apoyar a la investigación del fenómeno OVNI y aquellos que han tenido experiencias profundas de contacto con vida extraterrestre". Su evento previsto para 2015, UFO, Technology and consciousness, our place in the universe, muestra un panel de conferenciantes al fin paritario (10 hombres y 10 mujeres).